Comentaba Francisco Ortiz en mi anterior post que nuestra civilización está enferma y que necesitamos buscar otras vías, quizás haciendo tábula rasa. Creo humildemente que ya las hemos encontrado y que hay lugar para el optimismo, aunque sea a largo plazo, porque las cosas de Palacio, ya se sabe, van despacio.
Gracias a Howard Gardner y a su teoría de las inteligencias múltiples, entre las que se encuentra la inteligencia emocional, y a la difusión que le dió Daniel Goleman, está quedando ampliamente demostrado que si en otros tiempos la alfabetización a secas era fundamental, hoy la alfabetización emocional, la lectura y la interpretacion de las emociones propias y ajenas, es más importante que las calificaciones escolares en lengua o matemáticas, si anteponemos reducir los niveles de violencia -y un alto porcentaje de la violencia es aprendida- para que una mayoría de ciudadanos vivan en paz consigo mismos y con los demás. En suma, si queremos PAZ.
Pero esperar que sean siempre los padres quienes eduquen las emociones de los niños es tan poco viable como esperar que lo hagan los docentes que no han sido entrenados para ello. Temo pues que necesitaremos bastante paciencia, ya que para poder enseñar a otros esas habilidades personales y sociales es necesario formar a un gran número de docentes y para formar a los docentes se necesitan otros docentes ya formados, lo que requiere una organización y una inversión considerables, además de tiempo, por parte de los gobiernos y autoridades educativas. Claro que, como demuestran las experiencias pioneras, el beneficio neto sería obtener una formación inicial y continuada para desarrollar conceptos, procedimientos y actitudes que permitieran crear un ambiente escolar positivo y estimulante en el que a través de una cooperación activa, se pudieran desarrollar el sentido de la responsabilidad -individual y colectiva- y una comunicación interpersonal eficaz.
Para realizar todas esas actividades sería necesario además buscar formas diferentes de distribuir el tiempo y de organizar el espacio, seleccionar y utilizar nuevos materiales y, especialmente, de agrupar y coordinar a los alumnos, ya que seguirán existiendo acosados y acosadores por lo que serán especialmente importantes las actitudes y aptitudes adecuadas tanto en el trato con los niños como con sus padres.
Otro aspecto prioritario sería el de las actividades, como las competiciones deportivas, fiestas, debates y reuniones, proyectos y talleres durante los que se pudieran implementar programas específicos para el desarrollo de la cooperación, de la empatía, de la asertividad y de la autoestima y en los que se hiciera hincapié en la necesidad de adquirir valores personales como la autodisciplina y el autocontrol, de emociones como la ira, o de impulsos como la agresividad, junto con habilidades que faciliten la comunicación, la resolución de conflictos y la gestión del estrés, incitando con ello el respeto de las normas de convivencia.
La película ANTWONE FISHER, que éstá basada en una historia real me pareció una maravilla. Muestra como un individuo violento va poco a poco aprendiendo a conocerse y aceptarse. Denzell Washington, que la dirigió, hace tambien el papel del terapeuta que le ayuda a ver su propia bondad, a comprender su dolor y su miedo y a canalizar sus instintos agresivos. Toda una obra de arte, que como dijo Washington, puede cambiar la vida de las personas.
- GARDNER, H. (2001): La inteligencia reformulada: las inteligencias múltiples en el siglo XXI.
- FERNÁNDEZ, I. (1999): Prevención de la violencia y resolución de conflictos. El clima escolar como factor de calidad.
- HARTUP, W. W. (1992): Having Friends, Making Friends, and Keeping Friends: Relationships as Educational Contexts.
- JOHNSON, D., y JOHNSON, R. (1999): Cómo reducir la violencia en las escuelas.
PERRENOUD, Philippe (2000): Construir competencias desde la escuela. - CASTRO SANTANDER, Alejandro (2004): Cuando prevenir la violencia no basta. Ponencia Congreso Iberoamericano de
Violencias en las Escuelas. Brasilia 2004. UCB/UNESCO. - CASTRO SANTANDER, ALEJANDRO : Desaprender la violencia. Un nuevo desafío educativo.
CASTRO SANTANDER: Analfabetismo emocional. - MONJAS, M. I., y GONZÁLEZ, B. (1998): Las habilidades sociales en el currículo. CIDE, Ministerio de Cultura. España.
recibir actualizaciones por correo electrónico