lunes, 17 de diciembre de 2007

Dime lo que piensas y te diré lo que padeces (I)

Es lo que parece decirnos Robert M. Sapolsky, catedrático de Neurología y Biología de la Universidad de Stanford, y autor de "Memorias de un Primate". Podemos influir en el funcionamiento de nuestro cuerpo mediante el pensamiento, la memoria y las emociones. En nuestro mundo es poco probable que muramos de enfermedades como la viruela, la malaria, la fiebre amarilla o similares, dice, lo habitual es morirse de enfermedades occidentales, en las que el cuerpo se deteriora durante siete u ocho décadas, y que aparezcan la hipertensión, el cáncer o cualquier otra patología de nuestro entorno.

Nuestra forma de pensar no es relevante con la enfermedad contraída sino con la manera en que el cuerpo la gestionará. "Cuando entramos en el terreno de los primates inteligentes y sociales como nosotros, entramos en un ámbito en el que el pensamiento y las emociones tienen la capacidad de cambiar, y drásticamente, el modo en el que nuestro cuerpo funciona y responde.
La medicina actual entiende que esta capacidad resulta crucial para definir quién se mantendrá sano y quién se pondrá enfermo."

Cada vez que a alguien se le ocurre pensar " ¡oh Dios me voy a morir!" como quien piensa "!Cielos se me olvidó pagar la factura de Gas Natural, me quedaré sin calefacción!" es como decirle al cuerpo exactamente lo que tiene que hacer: tomar medidas urgentes para no morirse o salir corriendo a pagar el gas. En ambos puntos de esta escala de valores habrá un grado de estrés que variará en función del peligro al que estemos sometidos y a las emociones que suscite.

Pasamos media vida pensando en cosas sobre las que nada podemos hacer pero que tienen los mismos consecuencias, según Sapolsky, que si estuviera ocurriendo algo que puede tener un efecto negativo, o incluso nefasto, en nuestras vidas. Es una tontería emocional. En la segunda parte de este post Sapolsky ofrece más ideas.


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4 comentarios:

Penélope dijo...

Siempre pensé que nuestro cuerpo nos recuerda con síntomas y enfermedades, la manera en que nos hemos manejado emocionalmente a lo largo de nuestra vida...a lo que yo agregaría, que en algunas ocasiones pasa el efecto inverso, una buena emoción, que nos llena de alegría el alma puede curar una que otra enfermedad,"creo firmemente en ello". GRACIAS x pasar por mi blog y leerme, el tuyo es muy interesante y digno de seguir leyendo. EXITOS !!!!

Senior Manager dijo...

Me parece que desde este tema se podría desarrollar una nueva terapia (si es que no existe ya) para utilizar la mente en función del cuerpo y "arreglarlo" cuando estemos enfermos...Yo creo mucho en el poder de la mente y en la influencia que pueda tener en nuestro mundo exterior, así que seguro tendrá mucho que ver en nuestro mundo interior.

El Mostro dijo...

Hola María, un abrazo sanito desde Mosterio!!!

Maria dijo...

Según Antonio Damasio hace falta una emoción positiva igual de fuerte para cancelar una emoción negativa. Penelope, gracias por tu visita y tus buenos deseos.

SM: Yo no sé si en las terapias de
la psicología convencional hay alguna dedicada específicamente a proteger la salud del cuerpo, pero de las cognitivas habituales, todas, que yo sepa, van en esa dirección y creo que en las terapias orientales y las hindues tambien todas consideran el cuerpo y la mente como un todo.

Hola Mostro: Tus buenas vibraciones han sido cumplidamente recibidas. Bienvenido y gracias por tu visita. Ahora voy a situar Mosterio en el mapa y como dice el refrán: no te acostarás sin aprender una cosa más.