jueves, 3 de abril de 2008

Educación emocional: escenificar el cuento de la tortuga

Después de contar el cuento de la tortuga se inicia un juego de escenificación. Unas veces un niño será la vieja y sabia tortuga y otras la tortuguita pequeña y al día siguiente su papel será el de la tortuga profesora. De ese modo viviran el cuento desde diferentes perspectivas que les permitiran captar los puntos importantes. La primera perspectiva consiste en constatar cómo la tortuguita toma conciencia de sus sentimientos antes de llegar a poner en práctica comportamientos destructivos. La segunda, muy importante, es que aprende a hacerse responsable de sus actos al ver que si no consigue controlarse se sentirá insatisfecha. Esto forma parte del proceso de crecer y madurar. Tambien se utilizan dibujos y posters de diferentes maneras.

"Les enseñamos de formas diversas, dependiendo del contexto, dice Mark Greenberg autor del proyecto, y siempre utilizando el cuerpo, por ejemplo, colocando los brazos en forma de cruz sobre el pecho y respirando hondo. Al mismo tiempo les hacemos ver que es muy relajante y les decimos, con un guiño de buen humor, que además con los brazos en esa posición no se puede pegar a nadie".


"Desde el principio usamos tambien un sistema de recompensa, un sello en forma de tortuga, que les ponemos en la mano cuando vemos que han consiguido calmarse, porque los niños aprenden primero "desde fuera" mediante actos físicos y más tarde interiorizan esos actos en su mente".

"Calmarse suele ser bastante difícil, de alguna manera es un poco como reprimirse y necesita del apoyo de los adultos que pueden compartir ese momento con ellos, creando complicidad y comprensión mientras se aseguran que el niño se siente mejor. La repetición de esta habilidad tan esencial debe repetirse muchas veces hasta que se ha interiorizado".

"Simultáneamente los entrenadores enseñan a los niños a hablarse a sí mismos para controlar sus actos. La idea es sustituir el comportamiento destructivo y la reacción emocional desmesurada por el lenguage porque, asegura Greenberg, "creemos que a menos que los niños aprendan como calmarse a sí mismos cuando estan verdaderamente enfadados nada de lo que podamos enseñarles sobre desarrollo moral o sobre sentimientos cambiará mucho su comportamiento. Es por tanto la parte más crucial, tanto, asegura, que yo mismo, siendo adulto, sigo trabajando en ello".


Esta técnica solo se emplea con los más pequeños, en edades comprendidas entre los 3 y los 7 años, ya que es demasiado inmadura para los más mayores y podrían sentirse rídiculos escenificándola, para ellos tenemos otras técnicas.


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3 comentarios:

Terox dijo...

Me imagino que es indispensable que los padres sepan como manejar esas situaciones y refuercen el método fuera de la escuela...

Cristina dijo...

Me cuesta tanto creer que los niños, necesiten todo esto. Y la pregunta que me suscita es ¿que coño nos pasa a los padres?

Besos
y gracias

Cristina

Cecilia Gauna dijo...

María
es interesante este método, en la escuela donde va mi hijo, se trabaja de este modo.
Leyendo lo que dicen los comentarios, digo que más allá de los padres, que la escuela haga estas propuestas está bueno, ya que no siempre los padres podemos funcionar con la sabiduría adecuada.
Lo que es triste es ver que desde la comunidad este tipo de educación es vista como "de maricones"
en fin seguimos siendo una sociedad machista y represora...algún día y muy de a poco cambiaremos
besos y gracias
por el post
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